Marisa S. Gutiérrez está convencida, desde su pedestal de discernimiento y signos de interrogación siempre abiertos, que tiene que exponer a todos a su búsqueda incansable de la verdad (y yo creo secretamente aunque no puedo probarlo, que Marisa cree que la S. de su segundo nombre es de Sabiduría, para mí sólo es de Segundonombre). Pensar, pensar, pensar, piensa Marisa las 24 horas; ella cree que la mejor manera es decir en voz alta cosas como: “¿Estamos ante un paradigma sintomático de la generación del sinsentido?” cuando el profesor hacía chistes sobre el Twitter durante la clase y todos se reían de eso. Pobre, Marisa se droga, pensaba yo. Y sí, drogada está, más drogada que Hunter Thompson y sus personajes, le gusta vivir en la embriagante y pomposa incomprensión del erudito. También cree Marisa Sabelotodo, que poniendo la vista en el horizonte la gente cree que medita todo el tiempo y así pueden admirarla como la filósofa que es. Yo creo que sólo está mirando para allá, haciéndose la compleja. Marisa Sabionda tiene un novio, que intenta el sexo con ella, pero ella sólo está realmente interesada en debatir post acto mirando el techo; el sexo es para ella una excusa para divagar acerca de la sensibilidad de los cuerpos y la metafísica del orgasmo. De todas maneras, cualquier hombre que encuentre seductora a Marisa Snob y sus elucubraciones, que abrace al monumento mismo de la afectación, merece lo que ella tenga preparado para ambos, creo yo, humildemente. Porque hay que fumarse a Marisa, la infumable, eh. Hay que ser constante y amoroso con semejante afligida. Cuando Marisa encuentra algo divertido, hace un chiste sobre eso, no se ríe. No, ella hace un chiste sobre el chiste. Tampoco es capaz, Marisa Sapiencia, de reírse estúpidamente, reírse como hiena hasta contraer hipo o llorar a carcajadas o hacerse pis. Marisa está más allá de eso, por supuesto, todos los que la conocemos lo sabemos. Está más allá de vivir, Marisa, pobre, me parece a mí. A lo mejor estoy siendo muy injusta con ella, a lo mejor sólo piensa de más porque quiere hacer de este un mundo mejor, un mundo de reflexión, de debate y contemplación. Pero es que no me sale ser más benévola con ella, la verdad es que lo único que se me ocurre decirle a Marisa S. Gutiérrez en el Twitter, en la clase o cara a cara es: “Marisa, shhhhh”.
lunes, 9 de enero de 2012
Las elucubraciones de Marisa S. Gutiérrez
Marisa S. Gutiérrez está convencida, desde su pedestal de discernimiento y signos de interrogación siempre abiertos, que tiene que exponer a todos a su búsqueda incansable de la verdad (y yo creo secretamente aunque no puedo probarlo, que Marisa cree que la S. de su segundo nombre es de Sabiduría, para mí sólo es de Segundonombre). Pensar, pensar, pensar, piensa Marisa las 24 horas; ella cree que la mejor manera es decir en voz alta cosas como: “¿Estamos ante un paradigma sintomático de la generación del sinsentido?” cuando el profesor hacía chistes sobre el Twitter durante la clase y todos se reían de eso. Pobre, Marisa se droga, pensaba yo. Y sí, drogada está, más drogada que Hunter Thompson y sus personajes, le gusta vivir en la embriagante y pomposa incomprensión del erudito. También cree Marisa Sabelotodo, que poniendo la vista en el horizonte la gente cree que medita todo el tiempo y así pueden admirarla como la filósofa que es. Yo creo que sólo está mirando para allá, haciéndose la compleja. Marisa Sabionda tiene un novio, que intenta el sexo con ella, pero ella sólo está realmente interesada en debatir post acto mirando el techo; el sexo es para ella una excusa para divagar acerca de la sensibilidad de los cuerpos y la metafísica del orgasmo. De todas maneras, cualquier hombre que encuentre seductora a Marisa Snob y sus elucubraciones, que abrace al monumento mismo de la afectación, merece lo que ella tenga preparado para ambos, creo yo, humildemente. Porque hay que fumarse a Marisa, la infumable, eh. Hay que ser constante y amoroso con semejante afligida. Cuando Marisa encuentra algo divertido, hace un chiste sobre eso, no se ríe. No, ella hace un chiste sobre el chiste. Tampoco es capaz, Marisa Sapiencia, de reírse estúpidamente, reírse como hiena hasta contraer hipo o llorar a carcajadas o hacerse pis. Marisa está más allá de eso, por supuesto, todos los que la conocemos lo sabemos. Está más allá de vivir, Marisa, pobre, me parece a mí. A lo mejor estoy siendo muy injusta con ella, a lo mejor sólo piensa de más porque quiere hacer de este un mundo mejor, un mundo de reflexión, de debate y contemplación. Pero es que no me sale ser más benévola con ella, la verdad es que lo único que se me ocurre decirle a Marisa S. Gutiérrez en el Twitter, en la clase o cara a cara es: “Marisa, shhhhh”.
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Soy lento para leer. Pero de a poco (quizás un post por día, lo sé, una miseria) puedo ir arrimando el bochín. Yo la conocí a Marisa y puedo decir que hay mucha verdad en eso de que "cualquier hombre que encuentre seductora a Marisa Snob y sus elucubraciones, que abrace al monumento mismo de la afectación, merece lo que ella tenga preparado para ambos". Cuando la verdad asfixia al buen médico se lo reconoce por el simple diagnóstico de la patadita en el culo. Pero eso no empieza con S. Una pena.
ResponderEliminarEs mejor ir a tomar whisky, las elucubraciones dejémoslas a Marisa. Mejor vamos por el alcohol. Ah, eso tampoco empieza con S., Senior. No importa, el whisky no distingue.
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