miércoles, 29 de febrero de 2012

C. Hotel

Camino a algún lugar leí otra vez
sobre el famoso hotel de la calle 23 de Nueva York
que solía ser pura bohemia
y ya no deja quedarse a nadie.
Hay algo ahí, dijo Eter,
y lo dejó pasar
pero-yo-no
yo no dejo pasar las cosas,
es un interruptor que siempre está en ON.

Si pudieras verlo como yo
no podrías dormir tan plácido potencial
vapor y aire
fuera de foco.
Si entrecerrás los ojos para ver, Eter, te prometo
vas a ser cruel soplo de piedra y polvo.

Tengo prohibido nombrar el hotel,
sólo puedo
después que vos lo nombres, Eter, es tuyo
date cuenta: te pertenece.
Siempre fue así
de una forma literal y ruidosa.
Debajo del dibujo del hotel
que decidas
con las venas cargadas de sangre
debajo del hotel
que escaves
con tus propios músculos en tensión,
encontrar,
lo que haga estallar tus propios bordes
Eter, fuera de foco.

[Ahí Tenés Tu Propio Bellas Artes].


miércoles, 22 de febrero de 2012

Hasta que no quede whisky

Podemos ser lucecitas que se encienden con alcohol.
Podemos ser huérfanos que se burlan de la muerte.
Y dejemos que la luz sea efectiva hasta que
ya no
nos quedemos dormidos sobre alfombras.

Pero por favor
tratemos de recordarlo todo.
Que no se nos escape nada
para tener qué pensar
cuando echemos el humo
y riamos
cuando ya no quede whisky.

Mejor
seamos dos perdidos
que tienen mucho para comprometer.
No como Bukowski,
que ya no cree en nada
ni nadie
y se ahoga en su propio vómito.

Cuando ya no
nos quede noche
aún vamos a conservar eso que hicimos,
y lo que quisimos hacer y no nos atrevimos.
Nos va a quedar la noche siguiente,
recordemos eso, 
la próxima vez que echemos el humo.